Diversos estudios señalan que el 70% de la población mundial en algún momento de sus vidas han presentado el llamado síndrome del impostor, pero ¿a qué se refiere esto?, ¿qué hacer si crees que lo estás padeciendo?
El síndrome del impostor es una fijación, comportamiento o patrón de pensamiento que conduce a la persona que lo padece a creer que no merece el éxito que tiene y el reconocimiento de su entorno. Al pensar que no son merecedoras de sus logros, estas personas sienten que son impostoras y que su éxito es una especie de fraude.
Cada vez más personas padecen del síndrome del impostor: estudiantes, profesionales, artistas, deportistas y mucho más. Quienes experimentan esto piensan que sus logros o el éxito que han alcanzado son producto de la suerte o de circunstancias externas, más no el resultado de sus capacidades y habilidades.
Son varios los casos conocidos en el mundo del espectáculo, uno de los más sonados es el del cantante Justin Bieber, quien manifestó públicamente que sufre del síndrome del impostor. El artista ha expresado que siente que es un fraude, indigno, tramposo, incapaz y no calificado.
Estas personas temen que, al no ser su éxito consecuencia de su propio talento, sean “descubiertos” y tildado de impostores, lo que les genera una gran ansiedad, además de mucha inseguridad en todo lo que hacen y una permanente búsqueda de la validación de otros.
¿Qué hacer si se experimenta el síndrome del impostor?
Son diversas las recomendaciones para quienes sufren el síndrome del impostor. Para evitar los males mayores que se derivan de este trastorno, lo más aconsejable es solicitar ayuda profesional, la cual es posible recibir aún si se tienen muchas ocupaciones.
Y es que gracias a las nuevas tecnologías en la actualidad se puede acceder a un psicólogo online, quien podrá trabajar con el paciente la terapia cognitivo-conductual, tratamiento adecuado para identificar el patrón de pensamiento negativo y ayudar al paciente a cambiarlo, de tal manera que pueda vivir de forma más realista y positiva.
Hablar con un profesional capacitado y de confianza ayuda a tener una percepción mucho más objetiva de la situación, enfrentarla, además de conocer y aplicar las herramientas para celebrar los logros y el éxito, así como enfocarse en el crecimiento personal y el aprendizaje.
Es importante escoger una buena plataforma profesional en la cual agendar la consulta de psicólogo online. Especialistas con experiencia son garantía de que la persona superará el síndrome, y de esta forma tendrá una mejor calidad de vida, que repercutirá en más logros y reconocimiento.
¿Cuáles son las causas que provocan el síndrome?
Las condiciones, causas o factores de riesgo que provocan el síndrome del impostor son diversas. Una de las más influyentes es esa tendencia a ser perfectos: personas que buscan la perfección constantemente pueden desarrollar el síndrome al pensar que nunca hacen lo suficiente para lograrla.
La autoexigencia también es una causa que puede derivar en el síndrome del impostor. Las personas se auto exigen demasiado al punto de trazarse objetivos prácticamente imposibles de alcanzar, esto puede conducir a tener la condición.
El miedo al fracaso es otro factor de riesgo, esto lleva a la persona a convencerse de que el éxito solo es temporal y que siempre estarán propensos a ser calificados como impostores y que sus logros son producto del fraude.
Una de las causas que generan en muchas personas el síndrome del impostor es haber recibido mensajes o apreciaciones negativas en la etapa de la niñez. Las constantes críticas o esa presión de los padres para ser perfectos son, generalmente, caldo de cultivo para la creación de ese sentimiento interno de pensar que el éxito y el reconocimiento no es merecido.
Es importante señalar que el síndrome del impostor no es lo mismo que baja autoestima, las diferencias son claras. Las personas con autoestima baja son inseguras en la mayoría de los aspectos de su vida, mientras que las personas con el síndrome solo lo sienten en áreas determinadas. Las personas con poca autoestima piensan que no son buenos, aunque pueden aceptar cumplidos, mientras que quienes tienen el síndrome del impostor se catalogan como “un fraude”, y que el reconocimiento no es merecido.